Para simplificar, el sistema operativo lleva a cabo dos funciones básicas:
(1) funciona como administrador de los recursos de hardware y software del sistema.
(2) se ocupa del hardware de modo que las aplicaciones no tengan que ocuparse de todos los aspectos del proceso.
Las tareas del sistema operativo se dividen en seis categorías: administración del procesador, administración de la memoria, administración de dispositivos, administración del almacenamiento, interfaz de aplicación e interfaz de usuario.
La administración del procesador consiste en asegurar que todas las aplicaciones y procesos reciban la cantidad de tiempo necesaria del procesador como para funcionar de forma correcta. También consiste en aprovechar la cantidad máxima posible de ciclos del procesador para que todo funcione adecuadamente en conjunto.
El sistema operativo utiliza procesos o subprocesos del procesador para llevar a cabo estas funciones y cambia de forma continua entre un proceso y otro a una velocidad de miles de procesos por segundo.
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